Festival Solidario 15 y 16 de Febrero de 2019

Todos los festivales son especiales. A los de febrero le tenemos un cariño muy especial.


Todo está mucho más verde que en junio, llevamos los bailes un poco peor aprendidos y yo estoy algo más nerviosa. Los alumnos dicen que me pongo muy nerviosa cuando se acerca el festival. Intento que no se note y tranquilizarles, pues para todos salir a escena es una sensación de vértigo, nerviosismo, emoción, vergüenza…. Madre mía, qué difícil dejar todo eso a un lado y que controlemos, sonriamos y os emocionemos.



¿Por qué un festival solidario y por qué Save the Children?

 Puedo asegurar que la Danza, el baile, tiene y nos da, mucho poder. El poder de transmitir emociones, el poder de expresarnos de una manera maravillosa. Por ello, podíamos hacer algo más que disfrutar, algo más que emocionar a los familiares y al público. Desde la generosidad de nuestro trabajo como bailarines, organizar un espectáculo con el que poder ayudar, un poquito, a aquellos niños que no han tenido la suerte de poder disfrutar de su infancia, era una gran idea, un proyecto que podíamos organizar entre todos.

Hace 12 o 13 años, me llegó una carta de esta ONG para que participara en una carrera solidaria. ¿Carrera solidaria? No no, yo no quería correr, quería bailar y Save The Children era una ONG con casi 100 años, con el compromiso de cambiar el modo en el que el mundo trata a los niños y las niñas, y ha conseguido grandes avances en el bienestar de la infancia y en el respeto hacia sus derechos. Era la ONG perfecta, y empecé a organizar. Y parece que fue ayer. Estoy muy agradecida a esta ONG. Nos permite hacernos sentir bien cooperando con ellos, hacen una gran labor de lucha por los derechos de la infancia, denuncia, proyectos de mejora, educación, concienciación y están por todo el mundo.

Me parece increíble todo lo que hacen y además son capaces de venir a vernos y de agradecernos estos 12 años de festivales solidarios.

He de confesaros que lo divertido y lo grande está en todo lo que pasa detrás de este escenario. Las risas, los nervios, los maquilladores, todos los olvidos y cómo resolvemos entre todos y en tiempo record. Las carreras, los ensayos, los tropiezos, los imperdibles… Y cómo todo el mundo está atento, dispuesto, preparado, saben cuándo salir al escenario y el espectáculo continúa.

 Cuento con el equipo perfecto, me enorgullezco mucho de ellos, son grandes, muy grandes y hacen posible este festival. Con la danza se puede llegar al corazón de los que nos ven.

Bailamos porque eso nos hace sentirnos bien, muy bien.

Siempre agradecer a mis hijos

Siempre agradecer a mis hijos. Siempre han estado ahí, espero que aprendiendo, lo que hay que hacer y también lo que no hay que hacer.

Han sido testigos de todos mis festivales, de todos mis nervios, de todo mi trabajo. Todo esto ha formado parte de sus vidas.

Y a mí me encanta que haya sido así. Que hayan compartido conmigo el amor por la danza, luego ellos vivirán sus "amores" y su propia vida.

https://www.youtube.com/watch?v=pkvsYpnMf9E

Y ellos tienen el premio "Guillermino" más grande, tenerme a mí en sus vidas para siempre. Y por unos años, en el día a día.

Es el premio Guillermino más pesado (en todos los sentidos).

25 aniversario del Estudio de Danza Guillermina de Bedoya

Me sentía orgullosa. Mi trabajo, 25 años dirigiendo un estudio de Danza, compartiendo experiencias con muchos profesionales, amigos, familia y alumnos. A todos ellos les debo mucho.

Quería celebrarlo con algo realmente especial y emotivo. Y es ahí donde entró Javier Buckenmeyer.

Qué difícil lo que le pedía, unos 30 minutos en los que resumir la historia de mi estudio y mi vida. Entrevistas a personas que han sido partícipes de esa historia, que nos emocionara y nos alegrara. Un trabajo único para el recuerdo.

25 aniversario Estudio de Danza Guillermina de Bedoya versión larga

Nada va más deprisa que los años. Hace 25 iniciamos una aventura, ofrecer el amor por el baile como un sentimiento, como un arte. Ya había recorrido algunos escenarios y me planteé otros caminos que dieran mayor libertad al baile, al arte, no como una imitación, sino como una nueva ilusión.

Mi máxima no era "al baile no se le conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece" y toda su belleza estaba compuesta de tiempo y de paciencia.

Así inicié mi andadura de impulsar un centro de enseñanza donde volcar mis deseos de transmitir, de inculcar, no de reproducir, sino de crear, una libertad de movimientos, un camino no predefinido pero que permitiese el desarrollo de aprender, de la novedad de la alegría. Intentaba transmitir la experiencia de tantos años.

Todo lo que pudiese suceder estaba por crear, pero mi deseo era dejar huellas, provocando la creación artística, como algo necesario en la enseñanza del arte de bailar con la alegría, que cuanto más se gasta, más queda para continuar y seguir.

Trabajando con toda la paciencia que se necesita para bailar.

No es que sea optimista, sino que quería ser optimista, puesto que miraba con ojos nuevos. Todo aquello era nuevo para mi.

RETRATOS

La expresión, reflejo de nuestros sentimientos, de nuestras circunstancias y de nuestro momento. Transmitir ese sentimiento bailando es una manera maravillosa de sentirse.

Visité la exposición Mapfre de Retratos y me acerqué de nuevo a la realidad.

La plasmación de una realidad, reflejada en la expresión de cada fotografía, de cada fotógrafo.

Intentar ponerse en el lugar y pensar cómo el retratado, lo sintió y vivió. Y no alejarnos demasiado de un pasado, de vivir un verdadero presente y de valorar un instante.

LA HISTORIA

Lo llevo a mi terreno, la danza, y sobre todo la danza española. Porque España tiene mucha historia y tiene mucho sentimiento.
Me gusta expresarme con la DANZA ESPAÑOLA.

La exposición me transmite y me parece preciosa. Y el arte te hace ser más realista, más soñador, más luchador y más feliz.